cs1213 escuelapadres Las competencias básicas. ¿De qué están hablando los maestros?
Cuando llevamos a nuestros niños al cole, nos integramos en lo que se denomina «comunidad escolar». Ahí empezamos a escuchar un dialecto técnico con el que nos tenemos que familiarizar. Y aparecen lascompetencias básicas, algo de lo que hablan los profesionales.
Inicialmente son dos palabras que sugieren un significado sencillo, pero ¿de qué se está hablando en realidad? ¿Cómo van a influir en el trabajo con nuestros hijos? Vamos a intentar explicarlo.

En las décadas de los años setenta y ochenta se realizaron varios estudios sobre los sistemas educativos a nivel mundial, que demostraron cómo la mayor parte de la población occidental acababa su formación obligatoria con una gran base de conocimientos teóricos que después no eran capaces de aplicar de modo práctico en su vida laboral, personal y ciudadana. No eran competentes en otros contextos «no teóricos».
Para subsanar estas carencias, se activó en varios organismos internacionales un cambio de concepto sobre cuál debe se el objetivo último de la educación.
Tras una larga etapa de estudios y preparación, el 15 de diciembre de 2006, el Parlamento y el Consejo Europeo publicaron una recomendación para todos sus Estados miembros, solicitando que se incluyeran en todos los sistemas educativos de la Unión Europea una serie de ocho competencias consideradas claves para el desarrollo integral de los ciudadanos europeos.
Al mismo tiempo, en España se promulgaba la nueva Ley de Educación, la LOE, que incluyó estas competencias básicas, trabajadas de modo transversal en todas las materias, en todos los niveles educativos. La LOE las describe como «aquellas (competencias) que debe haber desarrollado un / a joven al finalizar la enseñanza obligatoria, para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida», las explica brevemente en un anexo, y las desarrolla en los decretos nacionales que fijan los contenidos y sistemas de evaluación para las etapas de educación primaria y secundaria. Para la educación infantil, la LOE establece que «sentará las bases para la posterior adquisición de dichas competencias».
Pero ¿cómo afecta todo esto a nuestros pequeños? ¿Qué es lo que realmente ha cambiado?

Hay que dejar dos cosas claras. La primera, es que en las leyes NO se cambian los objetivos y los contenidos educativos. La segunda es que se busca mejorar los modos de trabajo en el aula para provocar un «conocimiento en acción», un aprendizaje muy vinculado a la práctica y la experiencia, que luego se pueda transferir a diversos contextos. Se busca combinar los contenidos, las estrategias y las actitudes personales para responder a las distintas realidades de la vida diaria, en el aula, pero sobre todo, fuera de ella. Que los niños sean competentes en su vida real.
Y los padres… ¿qué tenemos que ver con todo esto?
Lógicamente, este nuevo modo de hacer las cosas os implica de forma más directa en la educación de los chicos y chicas. Los ambientes ajenos al aula también son educativos. Un chaval tiene que saber matemáticas… para poder contar y sumar, por ejemplo, sus caramelos, sus cromos, sus juegos, etc. Y nosotros tenemos que potenciar esa aplicación de conocimientos.
Que lea los carteles de la calle. Que nos diga cuándo cruzar. Dejémosles que vayan haciendo las cosas solos… Tenemos que ser capaces de impulsarlos. Desde la escuela van a trabajar su independencia, su pensamiento creativo, la realización de proyectos personales… Desde casa tendremos que participar en todo ello: colaborar en la composición del «libro del aula», traernos al muñeco mascota de la clase a casa, etc. Sois padres y educadores, cómplices con la escuela y los maestros.

El otro gran aporte de las competencias básicas se condensa en el concepto de competencia social y ciudadana. No es una expresión vacía, es el reconocimiento legal de una reivindicación fundamental de padres y profesores: la necesidad de educar en las emociones y las relaciones, reconociendo que hay distintas personalidades y modos de acercarse a ellas. De la diversidad de los niños surge la diversidad de las personas.
Para terminar, os dejamos con la recomendación más importante: poned ganas, entusiasmo.
Empujad a vuestros hijos a aplicar aprendizajes del aula a la vida real. Al hacerlo, tomáis parte en la construcción de vuestros niños. El «conocimiento en acción» será también «creación de conocimiento compartido». Esto es también vida, experiencias compartidas con los hijos.

Hay cosas que no tienen precio…